Sin 0

Nunca voy a entender a esas chicas tontas que, desesperadamente, andan los viernes en busca de su príncipe azul. Quizás algún día, una de ellas venga a buscarme, y encontrará a su príncipe rojo, pero en un cuento de terror. 

Yo fui.

No recuerdo muy bien donde nací, ni siquiera recuerdo a mis padres. Desde el principio, solo estaba rodeado por  algunos como yo, que no tenían ni puta idea de por que les había tocado estar así, de jodidos, de asustados, de intimidados. Pero daba igual, intentaba seguir sobreviviendo con lo que tenía, mejor dicho, con los que tenía. Ellos iban cogiendo uno a uno a mis compañeros.

Ellos eran unos hijos de puta, no cogían al primero que viesen, se tomaban deliberadamente su tiempo para analizarnos, como si no valiésemos nada, escogían al mas atractivo y se lo llevaban.

Se rumoreaba que ellos te cuidaban y te daban algo que denominan “cariño” que es como una muestra de afecto banal y tonta que algunos encuentran agradable; y  yo no pretendía que nadie me lo diese. Quizá si lo hubiese pensado mejor… quizá si hubiese intentado ser como el resto…

A estas alturas, ya es tarde para todo eso. No sé si es por que no soy especialmente atractivo o por que siempre me mostré reacio a acercarme a ellos, pero llegué a evitarles mucho tiempo. Pero no paré a pensar en todo el tiempo que estuve haciéndolo, ahora mis piernas apenas se mantienen en pie, las traseras apenas las siento. Ya no tengo olfato ninguno y supongo que mis ojos se hayan tornado azules.

Estoy triste por mi pelaje, era de lo que más orgulloso he estado en estos 20 años, ahora apenas me queda pelo en las orejas. Cuento las horas dentro de esta jaula, esperando que me aparten para que venga el siguiente infeliz que ocupará mi lugar.

Y lo único que ellos escuchan es un breve aullido, que es mas bien un lamento.

No dejar de sentir.

La luz le daba de lleno a la cara, es más le daba de hostias. Arrastraba los pies con un leve contoneo, sin duda estaba muerto. Se dice que te das cuenta de que has muerto cuando dejas de pensar, y eso era exactamente lo que le había sucedido. Ahora caminaba sin dirección, agotado de todo, de la vida, y tal vez, quizá tal vez, demasiado cansado como para morir.

Lo que resulta más fascinante, es la capacidad que tenía para levantarse después de  tropezar una y otra vez y caer al suelo de golpe para llegar a su destino. Sacaba las llaves lentamente, como si fuese una persona normal. Todavía no se daba cuenta de su estado, de su patético y triste estado. Y que cojones le iba a importar si ya estaba muerto; la fiesta se había acabado para él. Luchaba contra la gravedad para apoyar un pie sobre otro y llegar hasta su casa, dormir y soñar. Había sido una larga noche,  y ahora necesitaba descansar.

Analizando todos los hechos, las cuentas le salían, todo el largo sufrimiento para llegar a casa había compensado. Estar con sus amigos y pasárselo bien, no lo es todo en la vida, pero ahora mismo, es el recuerdo próximo más alegre que recordaba en su estúpida cabecita. 

Pd: Estamos en diciembre, así que, felices resacas zombis.

Teoría de la igualdad.

Por fin se unieron sin distinción. Después de un par de guerras nucleares, muchas dictaduras y un poco de esa mierda, sí esa mierda que te cuentan de pequeño y te dicen que se llama democracia (pero que más bien no existe). Llegó el preciado día en que el negro, el chino, el blanco y el sudaca (si me olvido de alguna raza, es que ya estaban muertos), se consideraron personas con los mismos derechos. Alejaron sus diferencias y vieron que todos ellos poseían rasgos bastante comunes, que no eran tan diferentes como pensaban. Se dieron cuenta de que los países eran un bonito invento, pero que solo eran un motivo decorativo en los mapas, y que no había una línea física que los delimitaba. Ahora todos estaban unidos, todos son ciudadanos del mundo, todos se comprendían e intentaban aprender las costumbres de los otros sin ofenderse. Tenían miedo; los otros habían llegado y amenazaban con tomar el control. Tenían miedo de convertirse en los esclavos que ellos habían sido. El miedo les invadía y declararon la guerra a un desconocido que no había hecho nada, a un visitante que se acercaba con inmensas naves por el cielo. Ahora, todos iban a ser esclavos por igual. TODOS.

Pd: Felicidades estúpidos humanos =).

Me cago en tu puta madre y gracias. (6)

Que pletórico día de invierno. (2)

¿La paz mundial se puede conseguir?, oye tu cerebro, deja de pensar en mamonadas a media mañana. (4)

¿Quién es esa chica tan guapa?, una de esas que van de pijas, pero luego son más guarras y putas que ninguna, entonces ¿qué haces aquí sentado? La veo pasar. (5)

Maldito despertador, odio tu estridente música de mierda. (1)

Me atraganto con las prisas de coger el autobús. (3)

La sensación de ser un autómata y repetir el proceso a diario me embriaga, me atrae y me mata. (7)

* El número al lado, no es más que nada, la cantidad de veces que he decidido pensar en esta cantidad de tonterías que digo al cabo del día.

Ventisca anal

"Que los restos de mi pene amputado os sirvan para comprender y amar la maldad humana"
Esto dijo Robert. F. Hunson segundos antes de morir de amputación viril. Todo por luchar por sus ideales y sus principios. Como dicen los muchos cientos de libros que me he leido y tu no, el género humano es como una tragicomedia, o puede que como una comedia negra con Chris Rock de protagonista. No lo sé. Al fin y al cabo, como decía el Fary "Solo sé que no sé nada", y como digo yo en este blog "No lo sé. Al fin y al cabo, como decía el Fary "Solo sé que no sé nada." " Me encanta citar. A veces siento que tengo tanta sabiduría que me da pena el resto de la gente, con su ignorancia y sus vidas vacías. Siento que me desato en una espiral de creatividad, y genialidad.
Lata de conservas. BARBECHO. Heces Fecales!
Y entonces... Silencio, sólo silencio.

Alguna veces la gente me habla, otras me grita.... Otras muy pocas me susurra, casi nadie me silba (que mierda, odio que la gente silbe). Sin duda la gente ladra sin parar, como perros, ladran y ladran y no se callan. Yo recojo mis orejas y las cierro con todas mis fuerzas, después empiezo a ladrar también… y soy parte de la jauría de perros agresivos y transgresivos, hablando sin callar. ¿Nos callamos perr@?